Práctica 13: La educación en el 2050

Texto introducido en el ChatGPT: Estamos en el año 2050. La educación como la conocemos hoy en día ha cambiado totalmente, los profesores ya no existen. Ahora, los alumnos van a la escuela y en lugar de sentarse en un aula con pupitres se sientan en cubículos individuales, aislados de todo lo demás y se les reproduce directamente en la retina la información que deben estudiar. Cuéntame un relato descriptivo de la vida de Cata, una niña de 15 años que estudia 4º de la ESO. 

RELATO A: 

En el año 2050, la educación ha cambiado drásticamente. Cata, una niña de 15 años que estudia 4º de la ESO, ya no asiste a clases con profesores. En su lugar, se dirige al Centro de Aprendizaje Individualizado, donde cada estudiante se sienta en cubículos aislados. La información se transmite directamente a su retina, creando una experiencia educativa personalizada y eficiente.

Cata se acomoda en su cubículo, donde recibe la lección del día sobre historia contemporánea. Los datos y las imágenes fluyen en su mente, complementados por ejercicios interactivos. Aunque la tecnología es avanzada y eficaz, Cata extraña la interacción humana y la figura del profesor.

Después de su jornada de estudio, Cata regresa a casa y comparte su día con sus padres, manteniendo viva la conexión humana en un mundo cada vez más dominado por la tecnología.

Texto introducido en el ChatGPT: Haz el mismo relato pero con un tono pesimista. 

RELATO B:  

En el año 2050, la educación ha cambiado drásticamente, y no para bien. Cata, una niña de 15 años atrapada en la monotonía del 4º de la ESO, ya no asiste a clases con profesores. En su lugar, se dirige al lúgubre Centro de Aprendizaje Individualizado, un lugar que parece más una prisión que una institución educativa, donde cada estudiante se sienta en cubículos asépticos y aislados. La información se transmite directamente a su retina, creando una experiencia educativa fría, impersonal y opresiva.

Cata se acomoda en su cubículo, resignada a recibir la lección del día sobre historia contemporánea. Los datos y las imágenes se vierten en su mente sin alma, complementados por ejercicios interactivos que no logran más que resaltar la soledad del proceso. Aunque la tecnología es avanzada y eficaz, Cata siente una profunda nostalgia por la interacción humana, por la calidez de un profesor que inspire, que motive, que entienda.

Después de su interminable jornada de estudio, Cata regresa a casa, pero la alegría de compartir su día con sus padres es una ilusión fugaz. El mundo está cada vez más dominado por la tecnología, y las conexiones humanas se diluyen en un mar de bits y bytes. La conversación con sus padres es breve y superficial, una sombra de lo que solía ser. En su habitación, Cata se siente más sola que nunca, prisionera de un sistema que ha sacrificado el alma de la educación en el altar de la eficiencia tecnológica.